Me encontré de nuevo con tus ojos amarillos.
Ayer los vi, luego de mucho tiempo, de
varios años,
Y pensé que todo estaba superado.
Sin tristeza, alegría, ira ni
remordimiento.
Ojos amarillos cubiertos por las nubes,
Sol eclipsado por la amargura del recuerdo.
Pero hoy vi de nuevo tus ojos amarillos
Y traicioneros, chispearon.
¡Cómo duele!¡cómo queman tus ojos
amarillos!
¿Hasta dónde pueden encenderse si se
repiten los encuentros?
¿Hasta cuándo, mi alma, carbonizada, tendrá
que seguir ardiendo?
Y aunque sé que en realidad, tus ojos no
están hechos de sol sino de luna.
Luna, porque son espejos, no ventanas,
Y a pesar de que duela,
Debo confesar
Que me gusta ver tus ojos amarillos,