La nostalgia nos invade y nos protege. La soledad nos reconcilia y nos libera. El sentimiento de estar incompletos se conmueve, sonríe y se resigna ante la evidencia de ser una existencia impar.
Se sigue viviendo para darle un sentido, para esperar el milagro -que sospechamos- no llegará. No estamos tristes, casi. Casi tristes...almost blue.
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