De
qué me sirve estar parada en la luna, si cada uno es media luna y no
nos vemos. De qué me sirve que las rocas de tu mundo encajen en los
cráteres de mi mundo y viceversa si la gravedad ya no nos une. ¡Es
que qué importa que la luna sea luna enamorada, sino puedo
alcanzarla!. Para qué haberte querido y ya no quererte. O verte de
frente, con mi mundo detrás mío, en vez de contigo.
No
es tu culpa, ni la mía. No te angusties de ya no quererme, prometo
que yo tampoco te querré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario