Otra vez siento la tentación de levantar mis
barreras, de recoger mi puente levadizo, de anteponer muros de piedra entre tus
ilusiones y las mías. Y sin embargo sigues de frente, desafiante y seguro,
sonriendo como quien de antemano ha ganado no sólo la batalla sino la guerra.
Vienes a hablarme como si no supiera, de los sueños que un día tuve, dices que
son presagios de lo que sigue. Intento dejarme llevar, alzo el vuelo… y
entonces… mencionas mi más grande sombra, mi obstáculo infranqueable, mi
pesadilla… sin quererlo caigo abruptamente, en picada, me devoran de nuevo los
abismos de mi infierno, la indefensión absoluta…Se acabó… y esta vez, ni
siquiera tuve tiempo de quererte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario