Si vas a leer esta entrada, activa el video para que escuches, porque así me siento ahora: sombría, adolorida, con fuego en el alma.
Y seguiremos muriendo, cerrando capítulos, para abrir paso a lo nuevo, a la felicidad, a la vida.
Eso es sencillo. Pero ahora, justo ahora, no sé cómo morir, porque no sé qué conducta es más sana para mi vida. Estoy en esos momentos de la vida en que uno no sabe si es mejor continuar a sabiendas de que puedes salir lastimado, o retirarse.
Me siento sombría,
Y la sombra es el humo que lanza tu fuego sobre mi alma.
El dolor es la culpa de no haberme atrevido.
El miedo es la indecisión sobre si cometer la imprudencia de atreverme ahora.
La confusión es cuál de los dos caminos me defraudaría, qué sería lo imperdonable.
El tiempo... es la cura, o el juez implacable.
El tiempo... te llevó antes de que yo lograra alcanzarte
¿Podría yo vencer el tiempo, o tú rehusarte a seguirlo?
¿Nos arrojaría de nuevo a la misma intersección de nuestros caminos?
O sería una pérdida total... de tiempo; también de energía e ilusiones. Me duele.
Tal vez estoy pensando demasiado.
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