martes, 19 de agosto de 2014

"Jan, corazón mío -dijo Katelina suspirando-, ¿cuándo dejarás de hacerte mil preguntas sobre todo y sobre nada?"

El fugitivo de Brujas, por Gilbert Sinoue, capítulo 7.

viernes, 15 de agosto de 2014

El antidepresivo del día a día

Viene un libro a rescatarme. Y no importa si es alegre o triste, si es trascendental o sólo maquillado. Lo que importa es que me lleva la mente a otros mundos. Ese es el salvavidas.

domingo, 10 de agosto de 2014

Deseo de muerte

Deseo de muerte. Más muerte. Por qué no llega. Desesperanza. Hasta la muerte me ha olvidado.

viernes, 8 de agosto de 2014

Histeria

Definición: Trastorno mental que se caracteriza generalmente por la aparición de fenómenos de conversión o de fenómenos disociativos. En la forma de conversión el síntoma principal, o único, consiste en la alteración psicógena de alguna función corporal, por ejemplo: parálisis, temblor, ceguera, episodios convulsivos. En la variedad disociativa, el hecho más notable es la restricción del campo de la conciencia, que parece servir a un propósito inconsciente y que, generalmente, va seguido o acompañado de amnesia selectiva. © Diccionario Espasa de Medicina.

La histeria aún existe y no es la que piden los cantantes en los conciertos. Son las quejas inespecíficas de madres y esposas, los dolores pendejos que detestamos los médicos, las oleadas inútiles de fluoxetina y amitriptilina. Los dolores de pecho, disneas y manos tiesas con dedos torcidos de las viejas y las muchachitas de 15 años.

La histeria de hace tiempos ya no es por falta de sexo, sino por falta de propósito, es decir, por febril desasociego, miedo a la rebeldía que arde por dentro. Por eso es histeria*, por eso es de mujeres, por eso somos viejas cansonas. Porque la liberación femenina es de hombres, que tienen esposas que trabajan pero aun así tienen que cocinar, lavar, planchar y darles hijos. “Qué mujeres tan verracas, hacen de todo”. Sí, de todo. Ya no sólo hay que hay que limpiarle las porquerías a los del resto de la casa, además hay que traer la plata, y no se vale quedarse solo.

Y también la histeria de lo contrario, la histeria por olvido, por quedarse en casa agachando la cabeza esperando si algún día llega la recompensa a tanto sacrificio, pidiendo indirectamente la atención, la pregunta deseada, el cariño no recibido.

“Médico, es que esta pastillita ya no me hace efecto”. Y no lo hará porque el problema no es un neurotransmisor bajo o alto en su cerebro. El problema aquí es que hay una epidemia de infelicidad, y las mujeres, cobardes, no nos enfrentamos a nosotras mismas.

*"La palabra histeria deriva del griego hyaterá, que significa matriz, ya que los antiguos asociaron esta enfermedad con el útero de la mujer y, por tanto, con el sexo femenino, descuidándose la observación de fenómenos histéricos en el hombre, que también existen." Tomado de  http://www.psicoactiva.com/histeria.htm