sábado, 18 de mayo de 2013

Sin cadenas en los pies, pero parecido


Los pies están unidos firmemente la cabeza. Para cambiar forzosamente el rumbo de un tercero se le une por la cabeza, no se le encadenan los pies. La cabeza es un misterio, una oscuridad. El corazón también es una incógnita y a la vez es música, sentimiento. Al recordar y sentir, se van rompiendo una a una las cadenas de la densa monotonía y opresión social que nos impide vivir los deseos que olvidamos. No miramos la neblina que nos ata, que se hace justo enfrente, miramos dentro de nosotros, el otro "hacia adelante".

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