martes, 7 de mayo de 2013

Monólogos y soledades

Escribimos para tener con quien hablar. Para hablar... Yo escribo.

Lo que pasa es que no tengo con quién hablar, en el sentido literal de la palabra. Así que para no enloquecer, escribo. Para poder concretar mis ideas, para entenderme a mí misma, para... escucharme, escribo.

Yo creo que soy una de esas personas que nacieron para estar solas. Y no lo digo por despecho, por la infantil actitud de retar al Destino a ver si Dios o el Destino se dignan a llevarnos la contraria. Lo digo porque en serio nunca he sido capaz de mantener el cariño de nadie. Es como una explosión volcánica de entusiasmo que luego se calma. Entonces todo vuelve a empezar: una nueva búsqueda, una nueva explosión, un nuevo silencio. Una nueva reflexión sobre mí misma, y vamos de nuevo. Mis relaciones interpersonales discurren de la misma manera que una concha de caracol: dando vueltas sobre sí mismas.

Es lindo eso de estar solo. Bueno, no es lindo estar solo. Lo lindo es volver a estar solo. Saborearse de nuevo el placer de la nostalgia, el de la libertad, el de los arranques de euforia para empezar nuevos proyectos iluminados por los sueños de un futuro mejor. Cundo uno se demora en lograr esos proyectos o cuando los alcanza pero también así llega la monotonía es que uno se lanza al abismo nuevamente, buscando unos brazos y un pecho al que aferrarse.

Resuelto el desasosiego, en la dulce quietud de las cadenas, en el sopor insoportable de la dependencia o del apego inseguro (según dicen los psicólogos), abandono o me abandonan y "tres" es el número cabalístico, el punto de decadencia.

Bien. "Uno, dos, tres". C'est fini. Ahora voy por el "Cuatro".

lunes, 29 de abril de 2013

Humano-trompo, o viceversa



Confusión. El loco, dice el tarot. El arlequín, el malabarista, se parecen.

Agridulce equilibrio ¿desequilibrado?. Locos todos. Loca yo.

lunes, 15 de abril de 2013

Yo contra mí


Foto: Iglesia de Altamira,corregimiento perteneciente a Betulia - Antioquia

Mi cabeza y los conflictos de la muerte, el dolor, la vida, el sentido de la vida, la razón de la vida, que no son lo mismo. Querer vivir si saber para qué se quiere la vida ni mucho menos qué hacer con ella. Querer que la vida no esté amenzada, cuando aún bajo amenaza se deja escapar la vida porque no se vive sino que se sobrevive. Y luego la enfermedad es el malhechor y el médico el culpable por no proteger la vida, vida que en esos momentos se entrega a sus manos, como si aquel cuerpo humano que está enfermo no fuera responsable de sí mismo sino víctima de todas las acciones de sí mismo, sólo dueño de su "santidad", engrandecida por aquella posición vulnerable en la que se victimiza de todo, aún de sus propias perversiones a través de un arrepentimiento que sólo dura mientras está enfermo.Así pues, no es tan malhechor el deterioro, ni tan heróico el médico, ni tan víctima el paciente, ni el objetivo indudable es no morir. Y yo de qué me muero, o por qué cosas vivo, y qué hago con mi vida y para qué la quiero, y me respondo que la quiero para actuar en favor de lo que es bueno, pero por qué y para qué se vive? Estupideces, de todos modos, me gusta estar viva, y nadie ha muerto en estos días, pero el frenesí de la enfermedad y el terror son epidemia.

miércoles, 3 de abril de 2013

Motorratón - línea


Motorratón disfrazado de Línea (chiva) en Betulia, suroeste antioqueño. ¡Qué cosa taaaan hermosa!

lunes, 18 de marzo de 2013

Guayabo... en sentido figurado



Entre vasos de ron con "verde sec" le confesé al hombre menos pensado los mayores secretos de mi vida. Jueputa. Qué guayabo. Menos mal que él también es un pervertido, en sentido figurado. Para no conocerme en nada, sí que da buenos consejos.

domingo, 17 de marzo de 2013

La cara hecha pedazos


Y en definitiva, ningún pedazo mío puede ser yo misma

Mucho menos si no tengo retoques

viernes, 8 de marzo de 2013

No me culpes y no te desconciertes si te das cuenta de que estoy llorando. No quiero que me veas llorando, y sin embargo, quisiera hacer nacer de ti un abrazo, y qué mejor que una lágrima.

Suspiro e intento recordar cómo era sentirse completa antes de que vos llegaras, antes de encontrar lo que no estaba buscando. Y siquiera te encontré, así sea por un rato. Finalmente, no es lo que estaba buscando, pero sí lo que necesitaba. Digamos que sin vos saberlo me diste una mano para salir del infierno. Ahora voy por ahí sin saber cómo llegar al cielo, pero por lo menos recordé que existe y que puedo llegar, con vos o sin vos, en otros brazos, o mejor aún, con mis propios pies, a caminar entre nubes.

Salir del infierno tiene su precio. Digamos que no está tan mal allá en cuanto a la temperatura. Ahora ando por ahí sola, sintiendo el viento contra mis brazos y cuesta un poco acostumbrarse. Pero bueno, qué importa, ahora me siento mucho más tranquila y no anhelo la llamarada pasional para sentir que siento.

Ando con un hueco en no-se-qué-parte. De esos huecos que uno no sabe muy bien cómo llenar ni mucho menos con cuánto. Pero son esos los que me gustan... como que uno se siente vivo sabiendo que tiene perdida una parte, asumiendo el reto de buscar dónde, con la esperanza de que existe.

En definitiva, de alguna manera me hiciste verme a mí misma de frente, aunque soy ambliope y por tanto no me veré nunca del todo. Supongo que también se debe a que estoy hecha en parches, como un rompecabezas. La ventaja es que soy autoarmable, sin que eso quiera decir autosuficiente.


Sola, Gotan Project


♪ Para matar el dolor/ tuve una vez que aceptar/ nadie es del mismo color/ nadie puede penetrar mis sueños