viernes, 6 de agosto de 2010

Perdoname por robarme tu flor

Me gustó la flor que cortaste. No era para mí, ya lo sé. Pero no puedo evitar apropiarme de todo lo que me parece extraño y bello, y puede ser casualidad, pero lo que escogés, no para mí, sino para la imaginación, me inspira.
Tomada de http://www.flickr.com/photos/87453322@N00/2737666817/

Me gustó esa flor que pusiste. Me gustaron los pétalos blancos arrugados en las puntas y los lados; me gustó su inclinación, cuales artistas interpretando un drama; tratando de huir del centro, todos hacia afuera y hacia arriba, como danzando, casi en un ritual. Y aquel huequito amarillo. Estoy convencida de que por él se llega a una dimensión paralela.

¡Ah! me gusta porque parece un espiral. ¡El espiral, el espiral! El espiral lo es todo. El espiral es dar vueltas pero ir cada vez más alto, el espiral es huir del centro pero sin perderlo; el espiral significa que todo es un ciclo, pero por definición, siempre vas para arriba, siempre. El espiral me recuerda a Calvino. Me recuerda sus caracoles, el universo, la explicación de por qué tenemos ojos, los laberintos hechos de bosque.

Yo quisiera volverme una gotita chiquitita, pero no muy delgada, porque ¿qué tal si me parto?¿y si no alcanzo un impulso suficiente? Yo quiero ser una gota bien redonda, pero pequeña, y no una que se atranque. Una gota anatómica, fisiológica y gimnasta. Arriesgarme en un salto mortal desde una nube, caer en muchas hojas. Rebotar, rebotar, rebotar. Caer en uno de esos pétalos que parecen plátanos blancos, y deslizaaaarme cual tobogán. Poner mi trasero redondo y mojado, y reirme mucho, hacer mucho ruido, para que podás escucharme desde tu ventana. Reirme tanto que me tiemble la barriga, y que de repente te sorprenda el silencio, porque habrán muchas gotas, pero yo daré tantos gritos, que tan pronto me esconda en el hueco amarillo de la flor, se notará el cambio.


Yo te invitaría a aquél hueco amarillo. Yo he estado allí otras veces. Creo que tan pronto la vi, a la flor, la reconocí. Porque una flor así es para que tenga un botón en el centro, pero mirá que esa tiene un hoyo. No le contés a nadie, lo que pasa, es que la última vez que salí se me olvidó cerrar la puerta. ¡Es que fue hace tanto tiempo!

Tal vez vos te sintás triste porque hay que salir en una tarde de lluvia, pero mirá que el ruido de la lluvia es mi risa. Mirá que además he pintado el túnel de amarillo, para que te alegrés un poco, para volverse uno plano y que el amarillo absuelva las penas, para que no haya nada que esconder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario