viernes, 15 de octubre de 2010

El olvido

Conocí a alguien que le temía al olvido. Además creía ser fácilmente olvidado. Se la pasa (porque aún vive, aunque hace mucho que no lo veo) concursando aunque sabe que no va a ganar. Escribiendo dedicatorias, sin importarle si las leen.

A lo mejor en el futuro alguien lo va a descubrir y lo van a recordar por siempre, como el tipo romántico que debió protagonizar un libro que él mismo no escribiera, como el tipo que murió enamorado de un amor ya difunto.

Yo tuve la suerte -o el infortunio- de compartir con él algunos meses. Me hizo varios "regalos", todo hay que decirlo, y aunque puede comportarse como un cretino, es también muy detallista. Me dió un gusano que se convirtió en mariposa tan pronto cayó en mi helado, tardes enteras en que inventamos historias, me contó el secreto de las 6 de la tarde y lo que dicen los pájaros, me escribió un un par de cartas, y de ñapa, me leyó el tarot.

Un regalo que nunca entendí y no creí merecer, fue aparecer en los agradecimientos de su tesis. Bastó menos de una hora, tres correcciones de una página en inglés, y quedó mi nombre registrado. Hace unos días vengo pensando en eso, y creo que logré entender. Ése fue su regalo más solemne, aunque en ese momento no lo dimensioné. "Una manera tonta de alcanzar algo de inmortalidad". Por agradecimiento, me dijo.

Agradecimiento, olvido y muerte. A él le gusta dar las gracias; implica no olvidar...no morir. Se existe cuando se es recordado, ¿no es así?

Yo siempre he pensado que cuando se dan las gracias se salda una deuda, y se puede olvidar, seguir adelante como si nada...pero como que no. Como que el agradecimiento es reconocer una deuda eterna. ¡Huy! ya me está dando miedo.

A Ella él le agradece mucho, porque la recuerda siempre. El por qué no lo sé. Pero ciertamente siento un gran respeto por ella. Él hace ejercicios para no olvidar. Para no olvidarla a Ella. Dios quiera que así mismo, haya quién lo recuerde a Él.

4 comentarios:

  1. Ciertamente el mejor de los escritos que he visto en tu blog... tal vez sea porque me identifico y temo también al olvido. En todo caso sé que no es para mí, qué afortunado es "Él".
    Un abrazo.

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  2. A mí me gusta el olvido a ratos...supongo que también le temo otras veces, pero no muchas. De todos modos, aprendí que tengo que dar las gracias y recordar. Así que gracias a ti por tu comentario, es un gusto recibirlo.
    Otro abrazo

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  3. Escribes muy bonito, te felicito. ¿Sabes? me recordó mucho algunos fragmentos de "Le fabuleux destin d'Amélie Poulain".

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  4. Gracias Caro :). Esa película me encanta, es un honor que me compares con ella.

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