miércoles, 19 de febrero de 2014

Me abandono de nuevo en mis abismos insalvables, en las rutas de aguas infinitas sin sur ni norte. La luz se filtra entre las nubes encegueciendo mis ojos hechos de penumbra. Eres el sol inalcanzable, eres el sol del que dependo. Y sin embargo, creí poseerte como el rayo reflejado en mi vaso de agua,  meciéndote atrapado entre cristales. Pero ahora me doy cuenta de la triste ilusión que es esa la de la estrella de mar soñando flotar en el universo, cuando apenas puede adherirse a la arena. Veo los afanes de tus planes perfectos y las decisiones opuestas de mis anhelos de muerte. Sin embargo, así como la arena enfrenta el cielo, permanezco a tu lado mientras quieras, mientras tú también te das cuenta de que tu corazón de familia no está hecho para mí.

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