jueves, 23 de septiembre de 2010

Almost blue...

La nostalgia nos invade y nos protege. La soledad nos reconcilia y nos libera. El sentimiento de estar incompletos se conmueve, sonríe y se resigna ante la evidencia de ser una existencia impar.

Se sigue viviendo para darle un sentido, para esperar el milagro -que sospechamos- no llegará. No estamos tristes, casi. Casi tristes...almost blue.

jueves, 16 de septiembre de 2010

¡Lucio Colombo!

Los invito a conocer a Lucio Colombo en su página web http://www.luciocolombo.com/hogar.php. Me ha dejado sin palabras, ¡es adorable!. Apoyemos a Lucio Colombo, enseñemosle a los niños a amar a Colombia.


domingo, 12 de septiembre de 2010

Sobre los genitales femeninos



No encontré cómo poner la imagen más grande sin que se recortara a la derecha en el blog. No lo transcribí porque cuadrar las rayas con los renglones lleva bastante tiempo. Pero al darle click aparece en tamaño completo :).

sábado, 11 de septiembre de 2010

Fuga de ideas para hoy: Agregados "cerebrotóxicos" de composición heterogénea

La sangre cae desde los riñones. La amistad no es para toda la vida. Quiero una bobina maravillosa. El horario de la próxima semana me trae problemas. Incertidumbre. Perdoname, el cáncer. El miedo a no estar sola. Indefensión. El merecimiento, el karma. El número 8.
Tratamiento: sentarme en la punta del cerro de la Tusa. ¿Por qué Tusa?¿qué tusa?¿la mazorca, el cerro sin pelo, el picoso? no el despreciable, seguro. 

Rubik's Cube by Athlete

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I love it...so nostalgic and intimate. And the video is great too. It's a song to be happy of being sad. Hahaha, isn't it?
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The world is too heavy,
Too big for my shoulders;
Come take the weight off me, now.
*
Thousands of answers
For one simple question,
Come take the weight off me, now.
*
CHORUS
Oh I'm like a kid who just won't let it go,
Twisting and turning the colours in rows;
I'm so intent to find out what it is
This is my Rubik's Cube,
I know I can figure it out
*
Lost in the playground,
Late night nostalgia,
Open the sky for me, now.
*
Friends 'round the fire,
Outside in December,
Open the sky for me now.
*
CHORUS
*
Credits roll over,
The edge of the horizons
That I haven't discovered yet.
*
CHORUS (x2)

viernes, 6 de agosto de 2010

Perdoname por robarme tu flor

Me gustó la flor que cortaste. No era para mí, ya lo sé. Pero no puedo evitar apropiarme de todo lo que me parece extraño y bello, y puede ser casualidad, pero lo que escogés, no para mí, sino para la imaginación, me inspira.
Tomada de http://www.flickr.com/photos/87453322@N00/2737666817/

Me gustó esa flor que pusiste. Me gustaron los pétalos blancos arrugados en las puntas y los lados; me gustó su inclinación, cuales artistas interpretando un drama; tratando de huir del centro, todos hacia afuera y hacia arriba, como danzando, casi en un ritual. Y aquel huequito amarillo. Estoy convencida de que por él se llega a una dimensión paralela.

¡Ah! me gusta porque parece un espiral. ¡El espiral, el espiral! El espiral lo es todo. El espiral es dar vueltas pero ir cada vez más alto, el espiral es huir del centro pero sin perderlo; el espiral significa que todo es un ciclo, pero por definición, siempre vas para arriba, siempre. El espiral me recuerda a Calvino. Me recuerda sus caracoles, el universo, la explicación de por qué tenemos ojos, los laberintos hechos de bosque.

Yo quisiera volverme una gotita chiquitita, pero no muy delgada, porque ¿qué tal si me parto?¿y si no alcanzo un impulso suficiente? Yo quiero ser una gota bien redonda, pero pequeña, y no una que se atranque. Una gota anatómica, fisiológica y gimnasta. Arriesgarme en un salto mortal desde una nube, caer en muchas hojas. Rebotar, rebotar, rebotar. Caer en uno de esos pétalos que parecen plátanos blancos, y deslizaaaarme cual tobogán. Poner mi trasero redondo y mojado, y reirme mucho, hacer mucho ruido, para que podás escucharme desde tu ventana. Reirme tanto que me tiemble la barriga, y que de repente te sorprenda el silencio, porque habrán muchas gotas, pero yo daré tantos gritos, que tan pronto me esconda en el hueco amarillo de la flor, se notará el cambio.


Yo te invitaría a aquél hueco amarillo. Yo he estado allí otras veces. Creo que tan pronto la vi, a la flor, la reconocí. Porque una flor así es para que tenga un botón en el centro, pero mirá que esa tiene un hoyo. No le contés a nadie, lo que pasa, es que la última vez que salí se me olvidó cerrar la puerta. ¡Es que fue hace tanto tiempo!

Tal vez vos te sintás triste porque hay que salir en una tarde de lluvia, pero mirá que el ruido de la lluvia es mi risa. Mirá que además he pintado el túnel de amarillo, para que te alegrés un poco, para volverse uno plano y que el amarillo absuelva las penas, para que no haya nada que esconder.

domingo, 4 de julio de 2010

Detalles que dan felicidad


Pingüinos hechos de cocos y totumos (mi animal favorito), pastillas antidepresivas (chocolate), masapanes (¡años sin probarlos!). Conclusión: me gustan las ferias :)

jueves, 1 de julio de 2010

Gracias a los artistas de Santasangre

HISTORIA NÚMERO 3 DE CUANDO FUI A TEATRO

A veces siento que he perdido mi sensibilidad artística por estar en un campo científico. Y me efurece y me enfurezco y me lamento. Pero hoy me reconcilié conmigo misma, al menos por esta noche. Me dejé absorber por la magia, partiendo del muchacho de la patilla-navaja, pasando luego por el guitarrista sin cabeza, y finalizando en que me emocionó la obra. Me despertó sentimientos prohibidos, o por decirlo y no olvidarlo, pudorosos. Me causó gracia la adaptación del guión, la incorporación de reportes forenses -al estilo moderno- en la descripción de las víctimas de la peste desencadenada por Drácula. Me gustó, me tocó, me despertó un agradecimiento y una complicidad no sospechados. Oí los comentarios displicientes de mis vecinos, pero no me importaron. Los artistas sobre la escena encontraron lo bello y lo incógnito de las verdades físicas, y yo los entendía. Yo iba más allá de los delirios egoístas de aquellos espectadores, de aquella sed de ser sorprendidos por lo que suponen que deben hacer los otros para sorprenderlos. Una tierna calidez nacía de cada palabra y cada gesto que evocaba el horror. Era calidad en su arte, la trascendencia al mero entretenimiento. Felicidades. Conmigo, humilde espectadora, han logrado su objetivo.

El guitarrista sin cabeza

HISTORIA NÚMERO 2 DE CUANDO FUI A TEATRO

A veces pasa que a uno lo sorprenden cosas que no son las que uno debe observar principalmente. Y me sucedió que cuando estaba en la obra de teatro, justo en el momento en que inició un acompañamiento musical, vi sobre el telón de la derecha una sombra con forma de perfil humano. Un rostro. Y se movía. -¡Qué buen efecto!- pensé.

Pero no era ningún efecto previsto. A los pocos segundos de estar observando, me di cuenta de que era una ilusión óptica, por lo menos para mi retina, y se trataba en realidad de la sombra del guitarrista escondido detrás del escenario. Suspiré con decepción, pero entonces aquel retazo de tiniebla me sorprendió de nuevo. Y es que era un guitarrista sin cabeza, y eso puedo asegurarlo, porque me quedé mirando largo rato y en varias ocasiones. Así que resultó ser mejor que el rostro que se alargaba y se contraía. A lo mejor él hacía ese rostro tratando de compensar la falta de cabeza...tendré que preguntarle por qué razón la perdió.

El muchacho de la patilla-navaja

HISTORIA NÚMERO 1 DE CUANDO FUI A TEATRO

Nunca había ido sola al teatro y me gustó. Al principio no me sentí muy cómoda. Tuve algo de vergüenza, un sentimiento de estar en el lugar inadecuado, como mosca en leche.

Una obra de vampiros, espectadores que iban vestidos de negro, cubierta la piel con base muy blanca, cabellos azabache o de fuego sueltos y delineados los rasgos del rostro. Y yo que para la ocasión había preparado mi camisa roja (mi máximo esfuerzo por participar en el horror), pero sin caer en cuenta de que tiene en medio una mariposa gigante, y además, el único dije rojo que tengo es en forma de fresa.

Al frente había un chico con una mitad de la cabeza rapada y el resto del cabello largo y lacio, cuidadosamente engominado, descendiendo inmóvil por la línea media del cráneo. La patilla del lado rapado era muy larga, también petrificada con gel para peinar, y cuando giraba, me daba la impresión de que podría seccionar cualquier cosa con ella -¡y él moviéndose de manera tan poco cuidadosa!-.

Pálido y perfilado, resaltaban unas pestañotas negras...y la patilla. Agradecí que las pestañas fueran inclindas hacia abajo, y presiento que ese detalle es por solidaridad de los folículos pilosos, que habiendo sido despojados de su reino y territorio axial, decidieron vengarse y restar temeridad a aquel muchacho ocultando su mirada, seguramente horripilante. Y es que sólo describí la mitad de su cabeza, pues no tuve el valor para mirar el resto. Nada más verlo me causaba escalofríos.

Ahora me entra un poco el sentimiento de culpa por referirme a la aversión que me causa...como si no tuviera otros aspectos (necesariamente diferentes al físico). Pero creo que si él me escuchara, le parecería halagador. Por mi parte, habiendo consolado ya mi culpa, me alegra bastante sorprenderme hablando de este modo. Debo confesar que su apariencia me hechizaba porque él logró impresionarme, apesar de que mi oficio me ha llevado a contemplar el cuerpo de una forma tan metódica. Trataba de imaginarme examinándolo, contemplando su oreja como las de cientos de otros, describiendo topográficamente el sitio en el que el pearcing perfora el labio, observando inadvertidamente el resplandor de la luz sobre los vellos y el movimiento normal del tórax. Todo eso sin sentir nada, haciendo el ejercicio cotidiano sin ningún sobresalto.

Y sin embargo, no podía. La piel blanca resplandecía bajo la media luz y me parecía sentir ya el frío de la cara, ya el frío de los labios, ya un corte de la patilla-navaja.